Los deseos de la naturaleza parecen haberse puesto de acuerdo para engalanar una isla con las propuestas más ensoñadoras que nadie imagino. Así es Jamaica, la tercera isla más grande de las Antillas. Una cordillera montañosa ocupa las dos terceras partes del territorio y la atraviesa de este a oeste. Su elevación más alta se halla hacia el este con el Blue Mountain Peak (Las Montañas Azules) de 2.256 m.
Una vez una colonia española, Jamaica fue sujeto a gobernación británica desde 1655 hasta 1962, el año en que el país se convirtió en nación independiente. Desde la colonización la isla es una mezcla de distintas razas, de ahí que el lema nacional sea “out of many, one people” (de mucha gente, un solo pueblo). Esta heterogeneidad se refleja no solo en la diversidad de costumbres y tradiciones, sino que también ha causado efecto en sus manifestaciones culturales y religiosas. El rastafarismo por ejemplo, más que una religión se enmarca como una filosofía de vida. La música es uno de sus principales efectos y en ella aparece el Reggae, una mezcla de varios ritmos y que tuvo como principal promotor al Robert Nesta Marley.
Xaymaca “tierra de bosques y agua” como la bautizaron hace más de quinientos años los indios arawaks, es conocida como la isla de los manantiales y de la vegetación lujuriosa. Y es que, al contrario de lo que muchos imaginan, el paisaje de la isla es mucho más que playas. Es un país extremadamente montañoso, su belleza física y diversa la convierte en un destino que atrae a visitantes de muchas partes del mundo. Un viaje a Jamaica puede incluir un paseo en canoa o en balsa, un paseo a caballo, dar una vuelta en motocicleta por las montañas, navegar, hacer aeróbicos, practicar el tenis, golf, deportes acuáticos, pesca de alta mar, buceo, squash, yachting, velerismo, entre otra muchas mas actividades, dentro de un ámbito turístico, que ofrece toda la infraestructura necesaria para todos los gustos y precios.
Su división política y administrativa esta compuesta por 13 distritos. Hacia el sur, al pie de las últimas estribaciones de Blue Mountains se encuentra Kingston, la capital y el indiscutible centro económico y político, como también la ciudad más cosmopolita del país, fundada en 1692. Sus calles conservan mucho del ajetreo de una ciudad-puerto, con algo de enorme bazar al aire libre; y donde se concentran también importantes museos y galerías de arte. De ellos se destacan el Teatro Nacional de Danza, la Galería de Arte Nacional, la Fortaleza del Pirata Henry Morgan; o admirar los fascinantes recuerdos en el Museo Bob Marley. La ciudad le ofrece todos sus atractivos que puede combinar a través de sus hoteles, restaurantes y tiendas, además de ser un destino ideal para viaje de negocios e incentivos.
Kingston ofrece una excelente oportunidad para recorrer los legendarios pueblos de la costa sur. Port Royal, célebre centro de la piratería que recrea para cada visitante sus mejores leyendas y Spanish Town, la única ciudad española que conserva Jamaica. Mandeville es la ciudad montañosa más grande de la isla y el quinto centro urbano. La ciudad fue fundada en 1816 por los ingleses y aun conserva las estructuras originales de la época.
Al noroeste, Montego Bay, Mo Bay como le dicen los lugareños es la segunda ciudad en importancia y la capital turística por excelencia. Aquí se concentran el mayor número de hoteles y restaurantes de toda la isla. Se disfruta de una naturaleza exuberante y kilómetros de costas, donde se pueden practicar todo tipo de deportes náuticos, su playa más famosa es Doctor´s Cave. Puede realizar un recorrido en el Tren Appleton Express en un viaje que dura un día entero ingresando al interior por más de 60 km. En el centro de la ciudad se puede visitar The Cage, una prisión del siglo XVIII para esclavos y marineros fugitivos; la bella Parroquia St. James y la Great House.
Ocho Ríos, Negril y Port Antonio, cada una con su encanto peculiar, conforman la mayor concentración turística del país. Ocho Ríos tiene entre sus paisajes las Cataratas del Río Dunn´s, que caen desde una altura de 183 metros, en donde se puede escalar las rocosas superficies y nadar en la laguna de agua dulce. Negril situado en el extremo occidental, representa mejor que ningún otro lugar la imagen del descanso. Con 11 kilómetros de playas y convertido hoy en un balneario exclusivo, posee los resorts más deslumbrantes del Caribe, repleta de cafés elegantes y construcciones de estilo mediterráneo que nada tienen de jamaiquino. En Port Antonio los amantes del agua pueden elegir entre un helado chapuzón en Somerset Falls, bucear con snorkel o con tanque y nadar por la Laguna Blue Lagoon. Otra opción es un paseo en balsa o unirse a la celebración Blue Lagoon Celebrity and Beach Party, que se lleva a cabo dos veces por semana.
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